Guarne vivió una jornada de tradición y familia con el festival de cometas que congregó a niños, jóvenes y adultos en un mismo escenario. Desde horas de la mañana, el cielo se fue poblando de diseños artesanales y estructuras de gran formato que pusieron a prueba la creatividad y la destreza de los participantes. La asistencia superó las expectativas y convirtió el encuentro en un verdadero plan comunitario de fin de semana.

La organización dispuso diferentes categorías para reconocer el talento local: la cometa más grande, la artesanal más creativa, las emblemáticas del municipio y la que alcanzó mayor altura y estabilidad en vuelo. Estos estímulos buscaron incentivar la participación ciudadana y, al mismo tiempo, rescatar costumbres que se transmiten entre generaciones.

Fue notable el ambiente intergeneracional: abuelos enseñando nudos y trucos de viento a sus nietos, madres y padres acompañando a los más pequeños, y jóvenes perfeccionando maniobras a ras de suelo antes de ganar altura. La logística contempló zonas seguras de lanzamiento y franjas horarias para las competencias, para no afectar la movilidad y garantizar una experiencia ordenada.

Desde la Sociedad de Mejoras Públicas de Guarne se destacó que estos espacios fortalecen el tejido social y promueven el uso de entornos públicos para actividades sanas y creativas. La invitación quedó abierta para consolidar el festival como evento anual y, de paso, posicionar a Guarne en el calendario regional de encuentros de cometas.